Sus novelas negras no eran de esas que se van por las nubes de crímenes que rara vez se cometen en estos lares. Al contrario, hablaban de la corrupción, la especulación inmobiliaria, la destrucción de nuestras costas y montes

Sus novelas negras no eran de esas que se van por las nubes de crímenes que rara vez se cometen en estos lares. Al contrario, hablaban de la corrupción, la especulación inmobiliaria, la destrucción de nuestras costas y montes
«Una novela negra que tenga varios litros de sangre y varios kilos de vísceras por página es una mala novela negra. Una obra así solo revela la incapacidad del autor para mantener la atención del lector gracias a su habilidad para describir escenas, reproducir diálogos, reflejar con sutileza las dificultades de la vida. Me interesa […]
¿Quién nos iba a decir que el rey Juan Carlos estaría exiliado o fugitivo –según quiera llamársele– por haber cobrado comisiones en asuntos de tráfico de armas y adjudicaciones de contratos?
«El periodismo es la verdad contrastable, la novela negra realista es lo verosímil»
Por más que tu imagines una conspiración de servicios secretos para cometer tropelías, siempre te quedarás corto. Por más que tu imagines una red de corrupción político-económica, siempre te quedarás corto.
La muerte tendrá que esperar (Huso 2022). Culminación de la trilogía Tánger Noir, esta novela versa sobre las cloacas del Estado español y sus bulos e intrigas
Pólvora, tabaco y cuero (Huso 2019). Ambientada en el cerco de Madrid durante la Guerra Civil española, esta novela negra presenta al primer detective anarquista de la historia del género.
Limones negros (Anantes 2017). Segunda entrega de la trilogía Tánger Noir, esta novela denuncia la corrupción e introduce el personaje de la Femme Fatale Adriana Vázquez.
«En el «noir» la ciudad no es solo decorado, también es protagonista» / Entrevista de Jordi Pacheco en Revista de Letras, junio de 2018 Descargar PDF
Durante unos cuantos días de mayo de 1968, Cipriano Mera desapareció de su domicilio en un barrio popular de París. El anarquista español exiliado, entonces ya septuagenario, se había sumado a la rebelión en las calles de la capital francesa. En bicicleta, tocado con una boina y chapurreando un francés casi incomprensible, Mera recorría las […]