“Leo a mi bola. Por ejemplo, una novela que se titula La muerte tendrá que esperar y la ha escrito Javier Valenzuela. Como toda novela negra que se precie, tiene una protagonista casi absoluta: la ciudad. En este caso la ciudad de Tánger. (…) La nostalgia es en este libro hermoso “la hermana plañidera de la historia”. (…) En la ciudad de Tánger se juntan, como en “Casablanca”, personajes que van y viene, que buscan cada cual su destino escarbando en sus pequeñas vidas rutinarias, que juegan a disfrazarse de lo que no son y de lo que son como si el destino fuera cosa muchas veces de fijar un sitio donde la muerte no sea algo urgente a tener en cuenta. La levedad de la muerte en esta novela que se interesa casi exclusivamente por la vida. (…) Morirse no es nada grave en esta novela llena de luces y de noches oscuras, de huidas y regresos, de vidas que se cruzan para decirse adiós al cabo de un rato o para no decirlo nunca porque vivir es no conceder ni un minuto de tiempo a la derrota. (…) La novela negra es la novela de las ciudades luminosamente oscuras”. Alfons Cervera reseña «La muerte tendrá que esperar» en Postdata, suplemento cultural del diario Levante, el 25 de febrero de 2023.