Jesús Maraña, que ha sido director de Interviú, Tiempo y Público, acaba de anunciar hoy en Twitter el pronto nacimiento de un nuevo proyecto periodístico: infoLibre. Participan en el mismo profesionales procedentes de Público, El País y RTVE, y cuenta con mi total simpatía. La democracia española precisa con urgencia una reforma a fondo, un nuevo comienzo, una segunda transición, y, en consecuencia, medios de comunicación que lo impulsen sin complejos, nostalgias o ataduras. El establishmet mediático existente está aferrado a un pasado que ya dio de sí todo lo que podía dar y, además, lo amordazan poderosos intereses empresariales.
A tenor del ideario anunciado por Maraña, infoLibre, que aspira a ser independiente no solo de los partidos políticos sino también, y muy especialmente, de los poderes económicos y financieros, se sitúa claramente en la línea de la regeneración de la democracia y la revaloración del periodismo. Ese ideario promete -¡y ya era hora en estos tiempos de melancolía profesional!- intentar el regreso del buen viejo periodismo, el que, con independencia del soporte (digital, papel o ambos), cuenta las historias desde el lugar de los hechos y hablando con sus protagonistas, contrasta las informaciones hasta la extenuación antes de publicarlas, procura escribirlas con la mayor calidad posible, respeta ante todo a sus lectores, huye de eufemismos y llama al pan pan y al vino vino, y no se camufla tras supuestas equidistancias, prefiriendo siempre optar por la víctimas frente a los verdugos.
Ese periodismo, el que en Estados Unidos terminó con el sinvergüenza de Nixon y en España, con medios escritos como El País, Diario 16, El Periódico y otros, fue decisivo para la llegada de una democracia que, ¡albricias!, ha funcionado unos lustros pero cuyas imperfecciones son hoy clamorosas, parece haber sido condenado a muerte por unas empresas encadenadas al Ibex 35 y Wall Street. No lo ha sido, sin embargo, por los profesionales y, lo que es más importante, por la ciudadanía.
No tendrá una vida fácil infoLibre, pero tampoco fueron fáciles los primeros años de El País y los demás periódicos surgidos tras la muerte de Franco. Como en la segunda mitad de los años 1970, la capacidad de supervivencia de infoLibre y los otros diarios independientes y progresistas que ahora están surgiendo en España dependerá de su capacidad para convencer a un número creciente de lectores de que vale la pena pagar una modesta cantidad para disponer de informaciones y opiniones que no recogen los envejecidos medios del establishment. ¡Ánimo!