En 1930, el poeta descubrió en Cuba uno de los más hermosos rostros de la hispanidad: el afrocaribeño. Al son de la rumba, lo africano había encontrado en la isla el modo propicio de aparearse con lo ibérico. Los cubanos no han olvidado la visita de Lorca y nosotros tampoco. Este artículo completo en PDF
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Bordando la bandera de la libertad / Acción ciudadana en Granada para que el día de Mariana Pineda sea fiesta local / tintaLibre, mayo 2016 Descargar PDF