DOS SIGLOS DE DIARIOS
JAVIER VALENZUELA
HISTORIA GRÁFICA DE LA PRENSA DIARIA ESPAÑOLA
Juan Fermín Vílchez de Arribas
RBA
Precio: 40 €
Páginas: 480
Hacia el final de su Historia gráfica de la prensa diaria española, el periodista granadino Fermín Vílchez cita a otro ilustre paisano y compañero de oficio, el ya fallecido Julio Alonso, quien en 2007 afirmó: “Lo que exigen estos tiempos es más reinventar los periódicos que rediseñarlos”. Tenía razón Julio Alonso: los diarios impresos buscan hoy, con más ansiedad que reflexión, su lugar en un universo de comunicación global dominado por las noticias y los comentarios instantáneos en Internet y en las emisoras de radio y cadenas de televisión.
Ahora bien, para reformar y hasta revolucionar un arte, un género, un oficio, un negocio, cualquier cosa, hay que conocerlo muy bien. Si Picasso cambió la pintura en el primer tramo del siglo XX fue porque, amén de ser un genio visionario, se sabía al dedillo su historia y sus técnicas clásicas. Sería, pues, muy recomendable que los periodistas que ahora exploran qué lugar pueden y deben ocupar los diarios en el siglo XXI, y básicamente cuál es la relación entre el ciberespacio y el papel, tuvieran un conocimiento mínimo del pasado de su oficio y de los retos que ya ha superado.
Y es ahí donde el libro de Vílchez puede ayudarles, debería, de hecho, ser un manual de primero de carrera en las facultades de periodismo y comunicación. Fruto de muchos años de trabajo, esta obra traza con un rigor cada vez más inhabitual la historia del periodismo impreso en España desde su nacimiento, a mediados del siglo XVIII, hasta la aparición de El País, en 1976, tras la muerte de Franco. Siendo Vílchez uno de los mejores diseñadores y confeccionadores de la prensa española en las últimas décadas, su libro es, sobre todo, una historia gráfica, con reproducciones de calidad de las portadas y las páginas más significativas de los medios que va citando.
Esta historia arranca el 1 de febrero de 1758 con la publicación en Madrid del primer ejemplar del Diario noticioso, curioso erudito, comercial público, y económico. Fundado por el turolense Francisco Mariano Nipho, hecho en una prensa de madera, del tamaño de una cuartilla vertical y la apariencia de un libro, el Diario salía, con “privilegio del Rey” y al precio de “dos cuartos”, todos los días, excepto los domingos. A partir de ahí vinieron, entre otros, Diario de Barcelona, el más longevo de toda esta historia (1792-1993), y los dos periódicos más antiguos existentes en la actualidad, Faro de Vigo y El Norte de Castilla, surgidos en la década de 1850.
Hija del Siglo de las Luces, la prensa está sustancialmente vinculada a los avances de la tecnología y la libertad. El libro de Vílchez desgrana una y otra cosa. Cómo van cambiando, para mejor, los formatos y los métodos de impresión y cómo se van introduciendo la fotografía, el color y la informática; y también cómo en los periodos más libres de la historia española, la II República y la actual democracia, los diarios han sido más abundantes, mejores en sus contenidos, más populares y más rentables.
Desfilan por esta obra periódicos que fueron muy influyentes y ya desaparecieron —El Imparcial, El Liberal, El Resumen, Heraldo de Madrid, El Debate, Pueblo, Ya, SP, Tele/eXpres, Madrid, Informaciones…— y otros de gran solera que aún siguen entre nosotros —Diario de Cádiz, La Voz de Galicia, Heraldo de Aragón, La Vanguardia, Abc… Como toda creación humana, los periódicos, en efecto, pueden morir, pero, bien gestionados, también pueden sobrevivir durante décadas. Pueden incluso marcar una época, como lo hizo El País, con cuyo nacimiento Vílchez termina su libro.
Sea conservadora o liberal, monárquica o republicana, derechista o progresista, no hay diario sin línea editorial, sin una determinada manera de ver el mundo. Así que desconfíen de aquellos que se pretendan “neutrales”, “objetivos”, “equidistantes” o cualquier otra zarandaja semejante: quieren hacerles comulgar con ruedas de molino. Como decían los clásicos, los hechos son sagrados, pero las opiniones son libres. Una vez conocidas las noticias, la gente desea forjarse una opinión. Tal ha sido el papel histórico de los periódicos y el siglo XXI no será diferente. En formato cada vez más digital o todo digital, con mantenimiento o no de tiradas en papel, los diarios españoles que protagonizarán el futuro serán aquellos que expresen mejor las grandes corrientes de la opinión pública.
El artículo en la revista Mercurio / Panorama de Libros