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La hora de la política, no la de los triles / PSOE / Zapatero / Primarias / Congreso

Tal vez sea un marciano: creo que lo clave para los socialistas debería ser el debate de ideas, con qué ideas convertidas en propuestas, con qué nueva oferta a la ciudadanía, afrontan no solo las próximas legislativas sino la segunda década del siglo XXI. Pienso que el PSOE ha de reflexionar a fondo sobre las causas de las protestas del 15M, sobre la desafección del electorado progresista el 22M, sobre cómo reformar una democracia con grietas y goteras evidentes, sobre qué políticas económicas pueden distinguirlos de la derecha, sobre cómo repartir de modo más justo los sacrificios de la crisis y cómo promover una economía más sólida, más productiva y más equitativa. Y me parece que lo lógico es que su próximo candidato fuera el que encarne una nueva oferta socialdemócrata.

A mí, como pueden imaginar, me da igual que eso lo hagan con primarias, congreso, conferencia política, estados generales o cualquier combinación de esos procedimientos. Como progresista independiente me importa mucho más el fondo del asunto, la renovación que debe afrontar el PSOE, que sus formas.

Semanas atrás, antes de las municipales y autonómicas, los dirigentes socialistas pactaron iniciar ese proceso con primarias en las que participaran todos sus militantes, pero se conoce que algunos no han podido esperar a la reunión de este sábado, han roto la baraja y la han liado aún más. Quieren cancelar las primarias y convocar un congreso extraordinario en lo que parece un golpe palaciego para coronar a un determinado candidato. Allá ellos.

Ahora bien, lo que causaría una nueva decepción entre muchísima gente es que unos aparatchiks impidieran tanto el libre debate de ideas en el seno del PSOE como la votación del sucesor de Zapatero del modo más mayoritario posible. Y lo que sería de dudosa eficacia electoral a corto, medio y largo plazo es que el nuevo líder socialista fuera un paladín de la política de la resignación ante los poderosos.

Por una vez coincido con el “Finantial Times” y creo que nuestro país no está para elecciones generales ahora mismo. Agotar la legislatura, amén de no complicarnos a todos más la vida, debería darles a los socialistas unos cuantos meses para trabajar a fondo. Podrían hacer primarias en las que participaran todos y cada uno de sus decenas de miles de militantes y luego un congreso que certificara su resultado, ¿por qué no?

No es la hora de los triles, amigos, es la hora de la política de altura.

 

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