Nadie ha causado un daño tan profundo y duradero a la izquierda mundial como Stalin. Detestable como individuo, avieso moral y políticamente, verdugo implacable de millones, Stalin se identificó a sí mismo con la Unión Soviética en las décadas centrales del siglo XX, justo cuando ese Estado encarnaba muchas esperanzas dentro y fuera de sus […]