«Era Sin City, la Ciudad del Pecado, en muchos carteles cinematográficos y portadas de novelas de los años 1950. Y no tenía tal apodo la menor connotación peyorativa, no era emitido por clérigos, beatos o puritanos. Al contrario, la mención al pecado era un atractivo reclamo publicitario, un guiño que hacía brillar los ojos de […]