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«Tánger es para mí un espacio de libertad y felicidad» / Entrevista con Khadija Taouil en `Atalayar´ / 5 de octubre 2024

Atalayar conversó con el periodista y escritor Javier Valenzuela, autor de la trilogía Tánger Noir, quien ve en la ciudad una fuente de inspiración indiscutible para su creatividad.

KHADIJA TAOUIL / 05/10/24

El 19 de septiembre tuvo lugar una importante cita de Javier Valenzuela con la ciudad de Tánger para renovar, por un lado, los lazos que había construido el novelista español con el espacio literario tangerino y, por otro lado, para celebrar la salida de la versión árabe de Tangerina.  

En la librería Les Colonnes, Javier Valenzuela acompañó a los hispanistas marroquíes para la presentación de la traducción al árabe de su obra Tangerina realizada por Larbi Ghajjou. La presentación contó con la participación de grandes actores del hispanismo marroquí como Randa Jabrouni, presidenta de la Asociación de Amistad y Solidaridad entre Marruecos y América Latina.

Javier Valenzuela, nacido en Granada en 1954, es un periodista español con una experiencia de 40 años. El periodista, corresponsal distinguido de El País en Beirut, Rabat, París y Washington, trabajaba también como corresponsal bélico en Irak, Palestina, Líbano, Irán y Bosnia. Su trayectoria profesional, jefe de reporteros (Diario decValencia), cronista (La Movida) y un gran libertario pragmático interesado en la política, se ha visto palpada en sus libros periodísticos bajo forma de recopilación de artículos, crónicas, ensayos, análisis y viajes publicados entre 1989 y 2021.

Valenzuela avanzó hacia el mundo de la narrativa a través de su primera novela Tangerina (2015). Desde ahí, la ciudad internacional se ha mantenido junto a la mujer como eje crucial tanto en la segunda novela Limones negros (2017) como en la recién publicada La muerte tendrá que esperar (2022).

Valenzuela recibió el galardón Intercultura a la Convivencia en Melilla en 2007, el Premio de Periodismo Turia en 2018 y el premio Café Español en 2019 por su relato corto Hitler en Tánger

Entre el espacio inspirador, el escenario vivo y el personaje fundamental de la trama, ¿qué representa Tánger para Javier Valenzuela, el escritor y la persona?

Tánger es para mí un espacio de libertad, un espacio donde puedo ser yo mismo más que en otros lugares, y, en consecuencia, un espacio de felicidad.

Vivo muchos momentos de felicidad en Tánger. Por su luz y su vegetación, por su espíritu abierto y tolerante, por el buen humor de sus gentes. Tánger es un microcosmos dentro de Marruecos, una ciudad marroquí que, por su situación geográfica, por su historia y su presente es diferente a las otras ciudades marroquíes. Es más universal.  

A lo largo de las tres entregas que abarcan periodos diferentes entre 1956 y 2021, ¿cuáles son las temáticas que han marcado la historia de Tánger? ¿Cómo evalúa la evolución de la ciudad a nivel cultural?

La capital del Estrecho vivió una Edad de Oro en las seis primeras décadas del siglo XX, el período llamado “internacional”. Se convirtió en un refugio para disidentes europeos y americanos y en un imán para escritores, pintores y músicos de todo el planeta. Tánger y Marruecos deben reivindicar ese pasado. Creo que encaja muy bien en la visión de un Marruecos con raíces en África y el mundo arábigo-musulmán y con las ramas abiertas hacia Europa y América.

Tras la independencia, Tánger vivió un tiempo de decadencia, no solo porque se fueron yendo las comunidades judías y occidentales, sino también porque las autoridades de Rabat la dejaron abandonada a su suerte.

Pero a comienzos del siglo XXI, con un nuevo monarca en el trono de los alauís, Tánger empezó a conocer un renacimiento espectacular. Se han restaurado la Medina y la Kasbah con buen gusto en general, se han creado nuevos espacios urbanos y económicos, los extranjeros han vuelto a sentirse atraídos por la ciudad, como residentes, como turistas o como inversores. 

Mi trilogía Tánger Noir intenta contar esa evolución a través tanto de personajes españoles como marroquíes. Como todas las sagas, arranca con una genealogía, el Tánger de 1956, donde vive Olvido, la madre del protagonista de “Tangerina”, el profesor Sepúlveda del Instituto Cervantes. Pero ya en esta primera entrega, que también transcurre en 2001, se presenta el Tánger pobretón y decrépito tras décadas de abandono. Después, en las dos siguientes entregas, “Limones negros” y “La muerte tendrá que esperar”, ya se cuenta el renacer de Tánger en este siglo XXI. Por ejemplo, el personaje marroquí Rivaldo-Messi, un niño de la calle, pasa de tener un puesto ambulante de garbanzos cocidos a regentar una tienda moderna de telefonía.

Vista su gran experiencia en la prensa y su larga carrera en la escritura, ¿cómo puede servir la prensa a la ficción y en qué ayuda al novelista en su labor literaria?

El periodismo puede ayudar al novelista en la tarea de investigación de la realidad: visitar a pie todos los lugares, hablar personalmente con mucha gente, ser preciso en lugares y fechas, verificar escrupulosamente los hechos reales, conocer toda la documentación disponible en libros, documentales y películas, cosas así. Pero a la hora de narrar, de contar la historia, el periodismo es muy diferente a la novela. Yo tuve que liberarme del corsé del periodismo para dar rienda suelta a mi imaginación para crear tramas, personajes, escenas, diálogos.

Actualmente, con el desarrollo tecnológico, vivimos el conflicto continuo entre la verdad y la mentira, la información y las “fake news”, la apariencia y la realidad que supera a veces la ficción. ¿Qué recomienda para afrontar este conflicto diario?  ¿Cómo ha de actuar el lector, el oyente y el mismo escritor?

Como periodista y como ciudadano, recomiendo lo que yo practico: no creerme cualquier cosa que salga en redes sociales o en medios de comunicación de dudosa credibilidad. Comprobarlo todo en otras fuentes dos, tres o cuatro veces, lo que sea preciso.  

Hay mucha basura política o económicamente interesada circulando por ahí. Solo hay que creerse lo que cuentan personas o medios serios y fidedignos, e incluso así conviene verificar.

Con cuatro protagonistas femeninas, dos marroquíes y dos españolas, usted rinde homenaje al papel decisivo de la mujer en el S. XXI ¿A qué se debe está elección? ¿Cómo ve a la mujer marroquí hoy en día? 

El profesor Sepúlveda es el protagonista masculino de “Tangerina” y “Limones negros”, pero en la tercera entrega de la serie Tánger Noir doy preferentemente la voz a cuatro mujeres. Dos son españolas residentes en Tánger, Adriana y Teresa, y dos son marroquíes, Leila y Malika.

Me encanta el avance en derechos y libertades de las mujeres, me parece un imprescindible progreso de la civilización. Admiro mucho a las mujeres marroquíes: son muy fuertes, muy valientes y con mucho sentido del humor, y me alegra ver cómo van avanzando en el espacio social, político, económico y cultural.

En “La muerte tendrá que esperar”, también rindo homenaje a la mujer árabe con el hecho de que, por las noches, la farmacéutica tangerina Leila le lea al profesor Sepúlveda cuentos de Las mil y una noches. La tangerina Leila hace de Sherezade para Sepúlveda en esta novela, del mismo modo que Tánger es mi Sherezade en esta trilogía.

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