17 de julio de 2007, Blog Javier Valenzuela
Ayer, lunes, enterramos a mi hermano José María en Granada. Era mi hermano pequeño, mi único hermano. Murió el sábado 14 de julio en su casa de Cenes de la Vega (Granada). Vivía solo y murió solo. Le estalló el corazón. En los últimos años había sufrido mucho. ¿Como todo el mundo? No, mucho más, créanme. Lo suyo fue una espantosa racha de mala suerte y de dolor.
«Me atropelló la vida, tío», escribió en un e-mail que me envió hace unos meses. Era así, literalmente.
José María Valenzuela Gimeno tenía cincuenta años. Pasó muchos de ellos en Bubión (La Alpujarra). Quizá algunos visitantes de esa zona le recuerden al frente, sucesivamente, de una tienda de artesanía llamada El Taller de las Flores, la galería de arte Espacio D y el bar- restaurante CiberMonfi. Era licenciado en historia del arte, apasionado de la cultura y de ideas progresistas. Muy sensible, muy simpático y un gran bailarín.
En un SMS que nos envió el domingo, Ana Torralva lo clavó: «Su niño interior no le permitió crecer». José María desbordaba amor y reclamaba mucho amor. Sin duda, no supimos darle todo el amor que necesitaba. Eso ahora duele mucho.
!Te echo muchísimo de menos, JM!
Escribo esto tan sólo para que aquellos amigos que de vez en cuando visitan este Blog conozcan las razones de mi silencio. No tengo ganas de hablar, no tengo ganas de escribir. Gracias por comprenderlo.