De todas las dictaduras que en el mundo son, la de Siria lleva ocho meses cometiendo el flagrante delito de asesinar diariamente a 10, 15, 20 o más de sus habitantes por el mero hecho de manifestarse en la calle pidiendo libertad y dignidad. La comunidad internacional, liderada por París y Londres, no precisó de tanto tiempo para impulsar la intervención en Libia que terminaría con la tiranía de Gadafi.
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