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11-M: diez hechos probados

 

 

1.- Los atentados terroristas del 11 de marzo de 2004 en Madrid fueron ideados, organizados y perpetrados por activistas yihadistas residentes en España y con conexiones con correligionarios salafistas en el extranjero.

 

2.- Esos terroristas se habían convertido en seguidores del pensamiento y la obra de Osama Bin Laden, quien en el otoño de 2003 difundió un vídeo señalando a España entre los objetivos del yihadismo por su participación en la guerra de Irak. No obstante, no han quedado claramente establecidos vínculos orgánicos entre la cúpula de Al Qaeda y los activistas del 11-M. La existencia o inexistencia de esos vínculos no es, en cualquier caso, excesivamente importante puesto que Al Qaeda no actúa como un partido leninista, con una organización y jerarquía claramente definidas, sino como una nebulosa, una red de redes, una difusa alianza de células, grupos y movimientos.

 

3.- Los terroristas consiguieron los explosivos en el propio territorio español, comprando una dinamita robada en una mina asturiana. Los atentados tuvieron un bajo coste económico y los terroristas los financiaron con sus propios medios (incluída la venta de hachís).

 

4.- Una catarata de errores garrafales previos por parte de los servicios secretos, las fuerzas de seguridad del Estado y las autoridades políticas de la época facilitó la acción de los terroristas. Esos errores se debieron en gran medida a la obsesión del Gobierno de Aznar por la lucha contra el terrorismo de ETA. Esa misma obsesión le llevó a atribuir los atentados desde el primer momento al grupo terrorista vasco.

 

5.- Pese a sus fallos de prevención, la Policía española tuvo una reacción ejemplar tras los atentados del 11-M y en pocas horas y días descubrió lo esencial de su trama y detuvo (o acorraló en Leganés) a los principales implicados.

 

6.- Ni las esperpénticas «investigaciones» del diario El Mundo ni el juicio celebrado en Madrid han permitido establecer la más mínima conexión entre los terroristas del 11-M y ETA.

 

7.- Células yihadistas (las personas claves son Mustafa Setmarian y Abu Dahdah) ya conspiraban desde y contra España antes de la guerra de Irak. La absurda participación española en esta calamitosa aventura fue, sin duda, el catalizador del 11-M, pero antes el yihadismo ya intentaba enraizarse en España y contra España (véase mi libro España en el punto de mira publicado en enero de 2002). Los blancos españoles en los atentados yihadistas de Casablanca de 2003 lo confirmaron.

 

8.- España no está hoy a salvo del terrorismo yihadista pese a haber retirado sus tropas de Irak. Ésta fue una decisión de impagable lucidez, pero los yihadistas siguen teniendo a este país en el punto de mira. Por numerosas razones que van desde la presencia de nuestras tropas en Afganistán hasta la existencia en las cárceles españolas de decenas de correligionarios suyos, pasando por argumentos míticos de mayor o menos impacto en el imaginario islamista como Ceuta y Melilla.

 

9.- Con este Gobierno los efectivos humanos y materiales de la lucha española contra el yihadismo y la cooperación internacional en esta materia han aumentado exponencialmente, lo cual no inmuniza a nuestro país frente a nuevos atentados.

 

10.- Los supervivientes del 11-M y los familiares y amigos de los fallecidos aquel día aciago han demostrado en los últimos cuatro años un valor y una dignidad ejemplares. No puede decirse lo mismo de determinados periodistas y políticos de derechas.

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