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¿Y si la izquierda estuviera ganando la batalla de las ideas? / Crisis económica / Ideología

 

Cuando se contempla el actual mapa político de Europa occidental es evidente que las acciones de la derecha están en alza. Es lo que hace el semanario estadounidense Newsweek en su edición de esta tercera semana de septiembre de 2008. En portada, una gran foto del nuevo líder de los socialdemócratas alemanes, Frank-Walker Steinmeier, tres más pequeñas de Gordon Brown, Segolene Royal y José Luis Rodríguez Zapatero, y este titular: «The lame left» (La izquierda coja). En páginas interiores, un artículo de Stefan Theil, razonable como suele ser habitual en Newsweek, señala que, mientras la izquierda no levanta cabeza en Francia e Italia pese a la impopularidad de Sarkozy y las trapacerías de Berlusconi, el laborista británico Gordon Brown parece agonizar y el mismísimo Zapatero pasa por un mal momento en España a causa de la crisis económica. En cuanto al espacio de los socialdemócratas alemanes, que ahora dirige Steinmeier, va achicándose entre el centro que les roba Angela Merkel y la izquierda radical de Oscar Lafontaine.


Pero eso no es todo. En un ejercicio de buen periodismo, Newsweek completa la información de Theil con un artículo de Sunder Katwala, secretario general de The Fabian Society, un think tank progresista de Londres, y ahí llegan las verdaderas sorpresas. Para empezar, el artículo de Katwala (Why Europe´s Left Can Rise Again) va ilustrado con una foto de Barak Obama, algo que subraya de modo instantáneo un hecho importante: los progresistas han regresado con fuerza a la escena política estadounidense y hasta es posible que ganen las elecciones presidenciales. Y ello con propuestas que, como señala el pie de foto de Newsweek, gustan al centroizquierda europeo: fin de la desastrosa aventura iraquí; sustitución en los asuntos internacionales del belicismo por la diplomacia, del unilateralismo por el multilateralismo, del fanatismo por el pragmatismo; instauración de un sistema de sanidad pública, subidas de impuestos a los más ricos para financiar políticas sociales; protección del medio ambiente…


Katwala va más allá. En su opinión, la izquierda occidental ya le ha ganado la batalla de las ideas a la derecha. Neoliberales y neocon están en franca desbandada ideológica. ¿Quién puede predicar en estos tiempos de crisis económica mundial el torticero dogma de que el mercado lo soluciona todo por sí mismo? ¿No ha sido la desregulación salvaje del sistema financiero estadounidense la causante de la crisis de las hipotecas basura? ¿No se enfrenta EE UU a un déficit público colosal por la política de supresión de impuestos a los ricos y a las grandes empresas de Bush? ¿No vemos más bien lo contrario: un regreso en el mismo EE UU al intervencionismo gubernamental y en todas partes una demanda de mayor peso y activismo del Estado? Y lo mismo al hablar de política internacional: ¿quién defiende hoy, aparte de Aznar, lo de Irak? ¿Quién cree que EE UU puede hacer de gendarme solitario del planeta?


De hecho, afirma Katwala, bastantes de los elementos más novedosos y atractivos de la nueva derecha europea están copiados de la izquierda. Por ejemplo, el ascendente líder conservador británico David Cameron no va de thacherista; al contrario, dice mostrarse preocupado por la ecología, la cultura, las políticas sociales, los inmigrantes y los discapacitados, intentando, y consiguiendo, ofrecer una imagen de derecha «nice» (agradable) y rechazando la de «nasty» (desagradable). Sarkozy, por su parte, ha sorprendido a todo el mundo al proponer un nuevo subsidio para los desempleados (la Renta de Solidaridad Activa) que piensa financiar con un nuevo impuesto a las rentas del capital (sí, sí, Sarkozy quiere subir los impuestos a los ricos).


Los más listos del PP están intentando hacer lo mismo en España, conscientes de que así, y sólo así, pueden evitar una movilización masiva de la izquierda en las elecciones. Por ejemplo, hace poco ha podido leerse en las páginas de Opinión de El País un interesante artículo de José María Lasalle criticando duramente a los neocon. Y millones de españoles acaban de ver en TVE a Alberto Ruiz Gallardón usando palabras como «talante» y «España plural», proponiendo pasar de la economía del ladrillo a la del conocimiento, defendiendo las viviendas de alquiler y las de protección oficial y exhibiendo solidaridad con los discapacitados; todo ello muy a lo David Cameron.


La tesis de Katwala no es desdeñable, desde luego, y se desmarca de ese lamento tópico y pesadísimo de tanto progre (o más bien, ex progre) sobre la ausencia de ideas en el campo de la izquierda desde la caída de la Unión Soviética. Ideas las hay, lo que no hay en muchas ocasiones es capacidad para comunicarlas («venderlas», dirían algunos). La primera razón de este fenómeno es obvia: los medios de comunicación de masas son negocios costosísimos y son raros los empresarios de izquierdas. La segunda es la que apuntó Lakoff en su libro No pienses en un elefante, tan citado y tan poco leído y aún menos practicado: la incapacidad para presentar las ideas progresistas de un modo desacomplejado, sencillo, directo y atractivo.

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